viernes, 8 de marzo de 2019

El arte en el cielo, el dolor en la tierra.



  Cuando capturé  éste atardecer de fuego,  en la ciudad de La Plata, estaba feliz de poder tener la posibilidad de ver como la naturaleza me brindaba una obra de arte, de su arte tan especial, ese que te hace pensar que el día se va marchando, pero que... mañana surgirán en tu vida nuevas luces encendidas,...,  el sol se va alejando,  llenando el cielo de fuego y después vendrá la noche, pero después surgirá un nuevo día con resplandecientes posibilidades y,  la vida será una eterna sinfonía, de atardeceres y amaneceres que se sucederán a lo largo de tus días, colmandote de felicidad; es lo yo  que pensaba cuando traté de registrar este momento en que el que mi mundo era armónico y feliz. 

  Hoy escribo,  un mes después y,  la vida, esa vida que siempre te sorprende, a veces te premia, otras te castiga, a veces te llena de gozo, otras de penas,... ya no tiene esos matices resplandecientes en mis cielos, porque aquel  que llorando, con los ojos abiertos buscando la luz, descubriendo  un mundo nuevo, llegó hace ya 34, pronto 35 años,  a mi vida,  hoy tiene sus ojos llenos de llanto y,  afortunadamente es así, porque estuvo muy cercano el momento en que sus párpados  no se abrieran y sus brazos no me rodearan con ese calor tan propio de él. 

  El cielo era puro fuego, hace un mes atrás, hoy ya no tengo tiempo de verlo, solo puedo estar sosteniendo la mano de mi hijo que me dice: que le prometa que va a volver a casa...

  Los cielos siguen brillando, la vida no se detiene, así fue y será siempre, pero mirar este cielo me recuerda los sueños que tuve y, que,  como el atardecer se fueron,... y no sé... si volverán algún día...


  

martes, 10 de mayo de 2016

Sillas en la vereda de la vida.




De brillantes colores eran los almohadones de aquellas sillas que yo veía en la vereda.

Alegres y coloridos,  hacían festiva la tarde. 

Las contemplaba desde mi cómodo lugar, ese espacio que ocupo transitoriamente, como ésta fijado en las páginas de mi vida, de tu vida, de todas las vidas.

¡Cuánto color...qué indispensable es el color...el color en otoño, el otoño del color!!!

Miraba y soñaba, volaba, me transportaba a los colores de la vida, esa vida tan rica, tan compleja, tan seria que solo puede existir y ser real si se la comparte con una sonrisa.

En eso estaba, en el deleite del tiempo que transcurre lentamente, sin apremios y con mucho tiempo para mirar los alegres colores de almohadones de sillas que están en la vereda, en cualquier vereda, en la vereda de la vida.

En eso estaba,  cuando,.. de pronto...



Se cambio la imagen, los colores desaparecieron y las sillas fueron una sola, sin almohadones de colores, sin brillantes colores.

¿Qué silla en la vereda de la vida, era ésta?. 

Apareció inexplicablemente...¿acaso no lo es la vida?, mis sillas habían desaparecido convirtiéndose en una silla en sepia...la silla de la vereda de la vida que se torno distinta y extraña.

¿No se dónde fueron mis sillas de colores? ¿No se de dónde llego mi silla sepia? No busco explicaciones, todas  son sillas en la vereda de la vida, de mi vida, que vivo y acepto en su cambiante vaivén, porque,... todas son sillas en la vereda de la vida, de mi vida, de tu vida, de la vida...




sábado, 6 de febrero de 2016

Una pintura, un mensaje y los mediocres.


Recorriendo los pasillos del Centro Cultural Recoleta se va accediendo a las distintas salas que guardan variadas exposiciones sobre distintos temas: pintura, dibujo, historieta, fotografía, sonido, instalaciones, homenajes, etc.

En la última visita, en uno de sus laterales me encontré con una obra que me conmociono, primero por lo clásico del estilo y la modernidad del tema, imposible no sentirse atrapada por ella. Primero dejemos que el cartel de presentación nos de la explicación correspondiente. 


El autor de este cuadro, el artista plástico Arturo Aguiar,  ha querido con esta obra atraer la atención del público sobre algo que es un flagelo en Argentina, las muertes por aborto. 





El mensaje es muy claro y doloroso, cuando tanto se habla de la violencia de genero y de los derechos de la mujer, el tema del aborto es muy delicado y debe ser tomado con mucha seriedad. Imágenes como las que se muestran en este cuadro ocurren permanentemente, muchas están ocurriendo en el momento en que escribo esto.

A mi entender la obra es excelente, con un manejo de la figura humana extraordinaria, una disposición perfecta de los elementos distribuidos en toda la escena, objetos simples que nos hablan de vida, la cotidiana, la de cualquier mujer que enfrenta un embarazo no deseado,  y ahí, en primer plano, en un costado,  pero solo visible para quien se detenga a ver la obra con la inteligencia necesaria,  se encuentran, dejadas mansamente las agujas que robaron la vida de quien no tuvo el auxilio de una sociedad que la respaldara. 

Me parece que el tema es muy serio, me gusta mucho lo realizado por Aguiar, busco el cuaderno para dejar mi opinión y encuentro esto: 





Estos son solo algunos de los ejemplos de lo que encontré en el libro de visitantes, escribí mi opinión como pude, todo está "adornado" en forma similar.

¿Se puede ser tan obtuso, creerse un superado, ser tan ignorante, tan infrahumano para escribir este tipo de cosas?

¿Quienes fueron? No lo se, había en varios idiomas, según parece la chatura mental se ha globalizado.

Es muy triste que existan estos seres, con ellos nunca tendremos cultura, respeto,  ni interés por el otro y sus necesidades.

Mi ilusión de creer que la cultura es posible, que salvará al mundo, se siente muy triste y muy decepcionada con este vandalismo de personas que quieren mostrarse muy graciosos y solo demuestran cuan bajo es su conocimiento. Lamentablemente en sus manos estamos. 


jueves, 3 de septiembre de 2015

Aventuras y desventuras de una visita al Centro Cultural Kirchner.


Recientemente se inauguro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Centro Cultural Kirchner.

Ubicado en lo que fuera el edificio del Antiguo Correo, es un espacio muy grande, con varios salas sin habilitar y otros que sorprenden por la tecnología y lo moderno de lo realizado.

En una de las salas se presentan muestras de lo que es la escultura "Canto al trabajo", de Rogelio Yrurtia.

En ese lugar se puso a prueba mi tolerancia para lograr capturar lo que quería.

Empieza la historia:

Paso 1:


Llegada al lugar, espacio vacío, disparar a gusto.

Paso 2:


Busco el ángulo de la toma donde se visualiza el mural  con la imagen de la escultura. ¡Quiero sacarla sin personas delante!

Paso 3:






La odisea continua, las personas van, vienen, se acercan a leer los carteles informativos. Continua la espera.

Paso 4: 






Triunfo al fin, segundos aprovechados rápidamente y las fotos buscadas surgen frente a mi. La espera valió la pena, por lo menos yo me siento muy contenta con mis aventuras y desventuras frente a lo buscado y al fin obtenido.



martes, 7 de julio de 2015

Noches de invierno, tan solas y tan frías.





Invierno en Buenos Aires,... será de madrugada, guardaré mansamente las cosas de vivir, mi pequeña poesía de adioses y de balas. Mi tabaco, mi tango, mi puñado de...¡ ya me divagué!, vengo de la calle tarareando la canción de Piazzola y Ferrer que siempre me acompaña recordándome lo irremediable y,  como quiero que sea ese momento,...llegará lentamente, mi muerte enamorada..., de nuevo en mi mundo interior, el exterior no existe, no se hace presente hasta que me sorprende el súbito cambio, del soplo helado al cálido ambiente del café.

El recipiente tamaño extra de reconfortante café entre mis manos y,  entonces, como siempre, como desde que tuve la conciencia de mirar y ver, con mis ojos observo  a mi alrededor.

A través de la ventana parece noche cerrada, quiero ver la hora, pero no tengo reloj, menos mal que el celular me avisa que son las 7 PM, ¡¿tan temprano?!. Estos días de invierno tan cortos, tan solitarios, la gente desaparece de las calles, las pocas personas existentes corren apresuradamente bajo un montón de ropa que las convierte en masas amorfas que se mimetizan con las sombras.

Entonces en un rincón lo veo a él,... mezcla de..., otra vez Piazzola y Ferrer en mi cabeza, está vez con Balada para un loco,  es que pintaron tan bien a esta querida ciudad, me acompañan tanto,  en mi canción interior, que a veces se presentan aunque yo no los espere...Entonces en un rincón lo veo a él, al hombre encargado de la seguridad del local, tan solo y tan perdido en esa vacuidad del espacio, pienso,  pobre tiene que cumplir sus horas de trabajo, por lo menos está bajo techo y resguardado del frío, pero, pienso, debe ser muy aburrido pasar el tiempo sin tener nada que hacer, entonces lo miro bien y no, no está tan solo, ni tan aburrido, entre sus manos tiene la salvación, está mirando y tecleando con gran interes su celular, su conexión vaya uno a saber con quién, su mundo, su razón de ser está con él.

Saco de mi cartera los audífonos, los enchufo en mi celular, pongo la música de Piazzola y Ferrer y me marcho a mi mundo, yo también.

Muy malo el invierno, bendito el que nos dio la solución, viva el celular que nos calienta y nos acorta las noches del invierno, que ya no parecen tan solas y tan frías...



martes, 2 de junio de 2015

Los 7 locos por la Compañía Teatral Quinto Piso. Dos reseñas: la de Alberto y la mía.



No puedo contabilizar las veces que tuve frente a mi pantalla la invitación de la Compañía Teatral Quinto Piso para ir a ver "Los Siete Locos" de Roberto Arlt.

Mis dudas eran muchas. Debo decir que soy una admiradora profunda de Roberto Arlt, lo leí muy joven y me identifique inmediatamente con su escritura descarnada, terrible, sin piedad para el lector ni para el mismo. Su pregunta "¿por qué no puedo tener yo derecho a una vida similar?" quedo grabada en mí para siempre.

Tengo una estructuración muy grande sobre Erdonsain, personaje principal de la obra, al cual lo veo siempre con el rostro del propio Arlt y con El Rufián Melancólico del cual también tengo una imagen muy acentuada.

Es tan difícil poder transmitir a Arlt, me decepcionó tanto la película que se realizó hace muchos años, que cada vez que proponen verlo temo en pasar un muy mal momento.

Finalmente, decidimos jugarnos y responder a la propuesta y allá fuimos al Paraje Arteson respirando hondo y dispuestos a tolerar, ser decepcionados nuevamente, pero tomarlo con la mayor calma posible. Así llegamos a esos lugares que Buenos Aires guarda para que podamos descubrirlos en medio de la mágica noche de nuestra ciudad.






Ahí estaba yo frente a esa puerta que me daba miedo cruzar. Pero que finalmente la pasamos, ya estaba dentro, en un espacio pequeño, donde los actores y el público están muy próximos y se respira el aire teatral solo existente en estos lugares. 








Recibimos el programa y mis dudas persistían, comenzó la obra, una adaptación de lo escrito por Arlt, pero mágicamente los 7 locos aparecieron en escena y lograron transmitir todo lo que Arlt es, sobre todo llegar a ahondar profundamente en su sufrimiento y sus acciones sin razón, hundiéndose en los más profundos desatinos y los hechos más viles para poder transmitir el dolor de vivir una vida conflictuada.



Integrantes de la Cia. Teatral Quinto Piso, gracias por su respeto por mi querido Roberto Arlt, por sus personajes, por haber comprendido y transmitirlo a la perfección lo que fue este escritor desdichado, pero único y muy difícil de teatralizarlo como ustedes lo hicieron.

Mis temores se convirtieron en la emoción de ver que hay quien es capaz de entender, sentir y transmitir a Arlt. Una noche a puro teatro en un rincón de Buenos Aires.

Reseña de Alberto:

Desde mi adolescencia fui leyendo y releyendo las obras de Roberto Arlt. Cada vez que me sumergía en el mundo torturado y torturante de sus personajes sufría una transformación. Me costaba evadirme de la ficción para acomodarme al mundo real, me sacudía tanto el mundo descarnado de sus obras que me hacía enojar con toda esa sociedad que me rodeaba. Me transformaba en un anarquista de ficción, en particular, cuando tomaba el tren y recorría los mismos mundos que describe Arlt, y experimentaba las mismas sensaciones opresivas, asfixiantes, de todas sus obras.

Imaginen con que expectativa concurrí a ver qué pasaba con una adaptación de la obra más conocida del escritor. Máxime después de haber padecido la experiencia devastadora del film, que deformó  totalmente la esencia fundamental de la obra y la bastardeó quedándose, apenas, con la anécdota, haciendo una sumatoria, imposible, entre "Los siete locos" y "Los lanzallamas", y con un final totalmente irrespetuoso. Absolutamente olvidable.

Y me encontré sorprendido. Gratamente sorprendido. Una obra magnífica, donde no se pretende repetir la historia del libro sino mostrar, precisamente, lo que Arlt transmite. Los siete locos presenta una interpretación notablemente bien manejada de cada uno de los siete. Con un respeto total por el espíritu de cada uno de ellos, sin alejarse, en ningún momento, de los personajes originales. Redondeando una historia que no es precisamente la narrada por el autor de las Aguafuertes Porteñas sino un inteligentísimo desarrollo de cada uno de sus personajes y una situación, azarosa, que los lleva a actuar como harían cada uno de los siete locos. No hay personajes inventados, no hay actitudes diferentes, son los mismos personajes que planteo el autor, respetuosamente enfrentando una situación creada, aunque no tan distinta.

Una actuación impecable de cada uno de los actores. Cuando el conjunto es tan importante, en cantidad, como en este grupo, notablemente, no hay puntos flojos. Es cierto que cuando uno lee a alguien su imaginación vuela y crea un personaje según su interpretación y vivencias personales. En lo que a mí respecta me encontré con un Endorsain, tal como yo lo pensaba. Descubrí al Rufián Melancólico que yo había creado en mi mente y un Astrólogo perfecto, con sus verdades y mentiras, igual a los que caminaron por mi cabeza cada vez que me adentré en el mundo de un autor que no ha tenido parangón.

Honestamente una obra para ver y, como en mi caso, para disfrutar. Un teatro pequeño, improvisado, con algo así como con treinta sillas, aproximadamente. Pero que, insólitamente, también hace a la representación. Un ambiente "arltiano" que acompaña a la obra a la perfección.

Como detalle aparte un altísimo puntaje para la música y las luces. Oportunísimas las dos. Muy bien puestas y un "seguidor" atento que da la iluminación perfecta para lo que se está desarrollando en un escenario inexistente. Algo para destacar.







miércoles, 6 de mayo de 2015

Reseña de la obra: " La oscuridad de la razón".

Sábado por la tarde caminando por Av. Corrientes la propuesta de muestras de arte en la cartelera del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini no hizo entrar al mismo. 

Ya en el lugar uno empieza a disfrutar con murales de Carlos Alonso, tienda de regalos artesanales, una librería donde puede acompañarse la lectura de un buen libro con un rico café y también encontramos varias salas de teatro...allí empezó la aventura.







Vimos el anuncio de la presentación de "La oscuridad de la razón", faltaba todavía una hora para que comenzará la función y dijimos ¿por qué no?. Fue ir a la boletería, sacar las entradas y allí vamos.


Vírgenes de informes anteriores sobre la obra, no sabíamos muy bien que íbamos a ver, pero como siempre andamos en la búsqueda de nuevos descubrimientos allí estábamos.

El estilo del teatro, a la italiana, es muy cómodo y permite ver la obra con tranquilidad desde cualquier ubicación.

El escenario se mostraba despojado de demasiados elementos de escenografía, eran pocos y distribuidos al desgaire. 

Se apagaron las luces, tal vez por un momento demasiado largo, cuando se encendieron, ya con los actores en escena me sentí transportada al mundo shakesperiano.

La historia cuenta la vuelta de un poeta Mariano, a su tierra para vengar la muerte de su padre y allí enfrentará a los fantasmas del pasado y del presente.

Con un guión realizado, como ya dije, a lo Shakespeare, se entremezclan el canto de la tierra, el enfrentamiento entre el nativo y el extranjero, la traición, el adulterio, el incesto y el ir y devenir de la vuelta a la tierra, de la necesidad de vengar las traiciones.

El uso de la escenografía es digno de destacar, los mínimos elementos que la componen, sirven para llevarnos al mundo de relaciones sexuales, recuerdos del pasado, la traición del cercano y la luz que se impone.

Los actores realizan una buena performance, teniendo en cuenta que no es un texto fácil de actuar. Me gustó particularmente la actuación de Ana Yovino en su papel de María, que por momentos alcanza un clímax de tragedia que conmueve, me pareció más floja la actuación de Juan Luppi en el papel de Mariano, ya que por momentos le falta la fuerza necesaria para sostenerlo. El resto de las actuaciones es parejo y muy respetable teniendo en cuenta la forma en que está escrita la obra.

El final es también confuso, no se marca bien que la obra ha terminado, podríamos decir que no ha sido bien punteado por la directora Virginia Innocenti, ya que las luces se apagan y el público tarda un rato, demasiado largo, en empezar a aplaudir.

Comienzo y final son dos cosas que deferían definirse con más precisión. 

El texto de Ricardo Monti es, lo repito una vez más, Shakeaspeare en América.

Mi opinión final es que si bien por momentos la obra es confusa, utiliza recursos comunes para llegar al público, faltan marcaciones de parte de la dirección, es algo distinto, interesante de ver y en medio de la complejidad no salí disconforme.

viernes, 1 de mayo de 2015

Viendo arte en Paso del Rey, gracias Guillermo Faedo por la invitación.



La convocatoria llego a través de facebook, el lugar era en Paso del Rey, ciudad perteneciente al partido de Moreno, ubicado en la zona oeste del GBA.

Ibamos a ver la obra del artista plástico Guillermo Faedo, cuando estuvimos en el lugar nos encontramos rodeados de gratas sorpresas y gente con muchos años de trabajo en el arte y los jóvenes emergentes, que siempre nos llenan de esperanza, porque nos muestran que el arte está más vivo que nunca y que como pensamos, será lo que salvará a la humanidad.

El programa de presentación nos explica la intención de la muestra y los artistas participantes. 





Guillemo Faedo junto a su obra "Bosque encantado".


 Otra de sus obras: "Paisaje florido". 


Otra mirada a la obra: "Bosque encantado".
 

Seguimos viendo la obra de Faedo: "Paisaje florido".


La obra contó con las variadas miradas de los artistas participantes.



Hubo mandalas. 


La participación del público fue muy activa y todos se mostraron interesados por lo expuesto. 

Otras obras participantes en la exposición se encuentran a continuación: 





"Mis caballos". Obra de Alejandra Gambino.




"Pareja Fernet-Coca". Obra de Sergio Giménez.


"Tarde de campo". Obra de Ines Rosales.


"Indómito". Obra de Carmen Serra. 


"Aurora". Obra de Marcela Sanchez Danchuk.


"Autorretrato". Obra de Alejandra Gambino.


"Chicos de la calle". Obra de Lidia Caveglio.
"La flor de la pasión". Obra de Marcela Sanchez Danchuk.



"El desocupado". Obra de Lidia Gaveglio.


"Recuerdos del campo". Obra de Ines Rosales.


"Resplandor dorado II". Obra de Graciela Garretto.

 
"Sinfonía". Obra de Alejandra Gambino.





Habiendo apreciado todas las obras, los asistentes al evento nos dispusimos a ver la entrega de reconocimiento a los artistas participantes, por parte de los organizadores.













Fue un muy agradable momento de compartir con nuestros amigos artistas y una manera, un poco nostálgica, de pasar un momento por los lugares donde trabajamos durante tantos años.



No podíamos irnos sin saludar a nuestros amigos y sacarnos la selfie, que también es todo un "arte".

Esperamos que la experiencia se repita pronto. 

Gracias, gracias:  " a los artistas ,
                                  esos ilusionistas
                                  que hacen el mundo desaparecer".

De la canción de Maria Elena Walsh "El viejo varieté". Ella la escribió refiriéndose a los artistas del varieté,  yo me atrevo a hacerla extensible a todos aquellos  que nos dan  la posibilidad  de ver el mundo con los ojos del alma.