domingo, 2 de noviembre de 2014

Ese instante.



Ese instante, ese momento de dulce expectativa suspendida.

Esos labios que se ofrecen entreabiertos por el deseo contenido.

Los ojos llenos de pasión,  apenas cubiertos por los párpados que sobre ellos se detienen.

Las cabezas inclinadas, buscando el ángulo justo para unir las bocas sedientas de placer.

La mano suspendida en el aire, en el momento de dirigirse a acariciar la mejilla masculina.

Dos jóvenes en ese preludio de vida que se convertirá en la dulce muerte del deseo realizado.

Ese instante que promete tantas cosas,... solo un instante...