martes, 7 de julio de 2015

Noches de invierno, tan solas y tan frías.





Invierno en Buenos Aires,... será de madrugada, guardaré mansamente las cosas de vivir, mi pequeña poesía de adioses y de balas. Mi tabaco, mi tango, mi puñado de...¡ ya me divagué!, vengo de la calle tarareando la canción de Piazzola y Ferrer que siempre me acompaña recordándome lo irremediable y,  como quiero que sea ese momento,...llegará lentamente, mi muerte enamorada..., de nuevo en mi mundo interior, el exterior no existe, no se hace presente hasta que me sorprende el súbito cambio, del soplo helado al cálido ambiente del café.

El recipiente tamaño extra de reconfortante café entre mis manos y,  entonces, como siempre, como desde que tuve la conciencia de mirar y ver, con mis ojos observo  a mi alrededor.

A través de la ventana parece noche cerrada, quiero ver la hora, pero no tengo reloj, menos mal que el celular me avisa que son las 7 PM, ¡¿tan temprano?!. Estos días de invierno tan cortos, tan solitarios, la gente desaparece de las calles, las pocas personas existentes corren apresuradamente bajo un montón de ropa que las convierte en masas amorfas que se mimetizan con las sombras.

Entonces en un rincón lo veo a él,... mezcla de..., otra vez Piazzola y Ferrer en mi cabeza, está vez con Balada para un loco,  es que pintaron tan bien a esta querida ciudad, me acompañan tanto,  en mi canción interior, que a veces se presentan aunque yo no los espere...Entonces en un rincón lo veo a él, al hombre encargado de la seguridad del local, tan solo y tan perdido en esa vacuidad del espacio, pienso,  pobre tiene que cumplir sus horas de trabajo, por lo menos está bajo techo y resguardado del frío, pero, pienso, debe ser muy aburrido pasar el tiempo sin tener nada que hacer, entonces lo miro bien y no, no está tan solo, ni tan aburrido, entre sus manos tiene la salvación, está mirando y tecleando con gran interes su celular, su conexión vaya uno a saber con quién, su mundo, su razón de ser está con él.

Saco de mi cartera los audífonos, los enchufo en mi celular, pongo la música de Piazzola y Ferrer y me marcho a mi mundo, yo también.

Muy malo el invierno, bendito el que nos dio la solución, viva el celular que nos calienta y nos acorta las noches del invierno, que ya no parecen tan solas y tan frías...



12 comentarios:

  1. Hola Mirta,pero tal y como lo describes el invierno se vuelve maravilloso,grande Piazzola y Ferrer...en España ¡¡¡es verano!!! Yo me aso ahora mismo

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  2. Gracias Freddy, Piazzola también describió muy bien el verano porteño en la música que hizo precisamente con ese nombre, cada vez que la escucho puedo sentir la pesadez de la humedad de nuestros veranos. La música nos transmite muchas cosas como vos, mejor que nadie, sabes.

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  3. Jajaja, qué bonito, Mirta, sin embargo ahora aquí hace un calor que apenas hay aire para respirar jaja Te envidio tu invierno..!!

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    1. Yo envidio totalmente tu calor y el mío, ¡Quiero los dos juntos, ya!, jajaja.
      Besos Alfmega.

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  4. Muy buena entrada querida Mirta. Me ha encantado tu relato, lo he vivido y he visto como una película. Estoy de acuerdo con lo que dices al final: el celular alegra muchas vidas. Bs.

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    1. Gracias Lumy, parece mentira como puede un aparato hacerte tanta compañía, por supuesto que solo es el medio del que disponemos en la actualidad para poder conocernos y mantener una amistad, que hace años hubiera sido imposible. Lo bueno es eso como nos ha permitido llegar a conocernos y disfrutar del mutuo compartir. Cariños.

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    2. Gracias Lumy. El celular se vuelve total alegría cuando se conocen personas como vos. Cariños.

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  6. Mirta en este momento estoy con el celular y por suerte pude ver tu blogs. Me encanto!!!!
    Como es tarde me voy con Ferrer y Piazzola. Abrazo

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    1. Gracias por la visita, me alegro que te haya gustado. ¡Qué Piazzola y Ferrer sigan haciéndote compañía!!!

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  7. Qué bien escribes y cuánto trasmites Mirta, me has transportado a tu querida ciudad mientras te leía... Gracias

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    1. Gracias Ramon por tus palabras, es muy lindo lo que me decís, porque he podido transmitirte lo que era mi intención.
      ¡Saludos!!!

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