Los artesanos ofreciendo sus realizaciones, los jóvenes utilizando ropas similares a las que nosotros usabamos, los cabellos largos, las vinchas (¡las vinchas!, como me encantaba usarlas). Todo el ambiente alrededor. Caras frescas, sonrisas amplias, abrazos afectuosos, libros y canciones con mensaje.
Cantidad de jóvenes se habían reunido para manifestase contra una empresa multinacional que estaría produciendo un hervicida tolerado por las semillas transgéncias, lo cual deteriora la tierra y traería enfermedades a los seres humanos, alterando el medio ambiente.
Ese era el motivo por el cual se realizaba la concentración, frente a las oficinas de la empresa cuestionada.
Esa es la anécdota.
¿Por qué use para esta publicación el título "La edad de la "inocencia"", porque me resultaron sumamente tiernos en su postura estos jóvenes.
Me hicieron pensar cuantos hemos pasado por esta edad haciendo lo mismo, a través de la historia, a través de los siglos, a través de las crisis, siempre luchando por cambiar, transformar, mejorar el mundo y ¿ha habido un resultado? ¿Ha cambiado el hombre?
Por otra parte no comprendí una dicotomía que encontré entre los presentes, que existía también en los años 60 y supongo que en los años pasados ocurrió igual.
Se vendían productos comestibles naturales, plantados en huertas orgánicas, se ponía énfasis en lo importante de lo sano y no dañino para la especie humana; se estaba haciendo una protesta y una demostración para tratar de obtener mejor calidad de vida para el planeta y para la humanidad; pero en medio de esa hermosa idea, se fumaba marihuana y se consumían grandes cantidades de alcohol.
Por eso puse como título la edad de la "inocencia", por esa "inocencia" tan maravillosa y genial de los jóvenes que luchan por cambiar el mundo, por la "inocencia" de vivir un mundo sano y agregarle sustancias que no ayudan a ser sanos o ¿tal vez por mi inocencia, mi inocencia perdida en que se podrá cambiar el status establecido o, mi inocencia de pensar que ciertas cosas que "se usan" no son buenas y la lucha debería ser contra todo lo que nos perjudica?
¿Quién vive en la edad de la inocencia: ellos o yo?
Muy interesante reflexión. Pienso que los jóvenes son inocentes por naturaleza y por su falta de experiencia, pero la inocencia conservada en los adultos, es una virtud. Primero, nos permite conectarnos con nosotros mismos, sin malicias, sin intereses; y luego, nos da la maravillosa oportunidad de acercarnos a la gente más joven e involucrarnos en sus sueños. Me incluyo dentro de los adultos inocentes.
ResponderEliminarEs un don maravilloso el de poder ser un adulto inocente, vivir la vida, mirarla con los ojos de quienes la descubren por primera vez. Me parece muy hermoso tu comentario, muchas gracias Jimena, saludos.
ResponderEliminares increible las reflexiones que haces y lo bien que te expresas querida amiga y como invitas a pensar y a reflexionar. gracias por tus escritos
ResponderEliminarGracias por tus palabras Gerard, las valoro mucho ya que se que sos una persona muy sensible y escribís poesías hermosas. Un gran saludo.
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