Un sueño cumplido, un viaje de descubrimiento y de vida.

Ocurrió  allá por 1975, después de años de compartir el amor por el arte, hacer poesía, ir al cine, al teatro, a guitarreadas juveniles, vivir  horas y horas de estudio, obtener nuestro título universitario y empezar a trabajar en una profesión que nos apasiona hasta la actualidad, fue por esos años cuando decidimos casarnos y abrazamos una nueva pasión,  viajar. Nuestra primera gran aventura fue la Luna de Miel y con ella se inició el desafío: ¡Bariloche en avión!!!, toda una hazaña...eran otros tiempos.

 Y allí nació la inquietud, la fascinación, viajar, viajar, viajar y nos propusimos conocer nuestro país un poco cada vez, con pasos más largos unas veces, más pequeños otros.
El tiempo fue pasando y de a poco nuestro anhelo se fue cumpliendo, disfrutando el placer de planear e investigar sobre cada nuevo lugar por descubrir y dirigirnos allí con el palpitante anhelo de vivir,  bebiéndonos los vientos los caminos...
En esos momentos nos hicimos la promesa de llegar a conocer todo nuestro inmenso país, el tiempo fue pasando, a algunos lugares fuimos más de una vez, otros quedaron rezagados, así paso con las provincias de La Rioja y Catamarca, siempre postergadas, este año decidimos emprender la aventura y completar la promesa hace tantos años efectuada, viajamos a estas dos provincias y hoy podemos decir que hemos pisado la tierra de todo nuestro territorio, por eso este viaje nuestro fue tan importante, fue una esperanza realizada.
El viaje tuvo sus idas y venidas, hubo anécdotas divertidas y otra no tanto,.. pero todo aquello que puede contarse es digno de haber sido vivido.
Mientras viajaba empece a recordar nuestros primeros viajes, tiempos de un turismo primitivo, de andar caminos, casi senderos, nada de autopistas, conseguir hoteles donde un lujo era tener baño privado...
Me acorde que cuando llegamos a Bariloche, corrimos hacia el telégrafo más cercano, que quedaba en el Centro Cívico, al costado de la tan vapuleada estatua del Gral. Roca, para  enviar dos telegramas, uno para cada uno de nuestros padres que decían "llegamos bien", de allí en más la comunicación era cero.
En los viajes posteriores, a veces nos comunicábamos por teléfono, poco, en lo posible no desde el hotel sino desde cabinas especiales (era más barato).
Allá por los ochenta, nuestro primer viaje a Europa, nos comunicábamos por ¡carta!, no mail, carta: papel, lápicera, sobre, alguna postal de vez en cuando. En más de un mes dos llamadas teléfonicas.

Fuimos mejorando ¡llego el celular!, pero para viajar dentro del país había que programarlo dentro de una banda especial, más tarde llego entrar en roaming. Los hoteles empezaron a tener DDI.
Un nuevo viaje a Italia, a conseguir un celular especial que había que usar con mucha cautela,  porque estando en Roma las llamadas entraban por España y el costo se elevaba mucho.
Seguimos andando el camino, ya con las laptop y los mails, comunicación familiar más fácil, además de los mensajitos con el celular.
Esta es una resumida historia de viajes y cambios de años y hasta de siglo... Actualidad: sueño cumplido, cada espacio de nuestro país recorrido, con la tecnología actual, cada instante, en cualquier momento una foto, un check in en foursquare, subir la foto a facebook, a twitter y respuesta instantánea, amigos de todos lados con su presencia virtual que se vuelve más real de lo que pareciera.

Y el milagro ha sucedido, un sueño cumplido, una meta alcanzada  y la alegría de haber pasado tantas etapas y todavía tener la posibilidad de seguir aprendiendo; de haber comenzado con  un papel con dos letras "llegamos bien" (telegrama),  a esta explosión informática que aliena, pero acompaña, acorta las distancias y estimula el alma.
Vivir es también arte, el arte de saber aprender a cada paso y disfrutar con cada vivencia. Agradezco los años que me han sido dados, los descubrimientos que cada día me son otorgados y espero nunca perder esta necesidad de conocer, de descubrir, de continuar el viaje...porque el viaje continua...