Existe, en la historia argentina, un romance de ensueño: el del dandy Marcelo Torcuato de Alvear y la diva del canto Regina Pacini.
El 29 de abril de 1907 la gente se agolpó en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación en el Chiado, barrio céntrico de Lisboa, para ver una boda especial, se casaba Regina Pacini, la soprano ligera, ídolo de los melómanos portugueses, que había debutado a los 17 años. El novio era un millonario sudamericano... Todos esperaban ansiosos una aparición que no tuvo lugar... Marcelo y Regina se habían casado a las siete de la mañana en la iglesia desierta, culminando una historia de amor dispuesta a desafiar los tabúes de la sociedad argentina
Ella, hija de una andaluza y de un italiano, tenía en su haber una carrera impecable, cantó en el Liceo de Barcelona, la Scala de Milán y La Opera de París. En el Covent Garden de Londres cantó con Enrico Caruso.
Él, descendiente de la más rancia estirpe patricia, un auténtico "niño bien", con una fortuna inmensa.
Escuchó cantar por primera vez a Regina en 1889 desde su palco del Politeama. Quedó prendado en el mismo momento, le mandó varias docenas de rosas rojas y blancas y una pulsera de oro y brillantes, que fue devuelta por Regina, quien retornó a Europa. Allí la siguió Marcelo, acudiendo a cada función y colmándola de regalos y sus ramos de rosas. Finalmente en 1903 consiguió ser aceptado. La aristocracia argentina trinaba: "aquella portuguesa fea y bajita había enganchado al soltero de oro, al mejor partido del país".
Dos días antes de la boda Marcelo recibió un telegrama, enviado por quinientas personas de su clase social, pidiéndole que "recapacitara". Tampoco la madre de la novia quería que se casaran.
La boda en secreto fue una bofetada a los prejuicios de clase. La noche de bodas transcurrió en el Royal Hotel, en Estoril. Él le regalo un castillo normando en Versalles.
Con el tiempo Marcelo llegó a presidente de la Argentina y Regina logró ser aceptada, habiendo puesto todo su empeño en la realización de la la Casa del Teatro, inaugurada en 1938, dedicada a albergar a los artistas sin hogar, existente en la actualidad y siendo además sede del teatro Regina.
En 1933, por esas cosas de la historia argentina, se produce un golpe de estado y Marcelo es puesto preso en la isla Martín García. En ese tiempo Regina cruzó más de cincuenta veces un río tempestuoso y enloquecido.
El 23 de marzo de 1942 Marcelo muere con su mano en la mano de su amada. Su enorme fortuna prácticamente desaparecida, pero con el inmenso amor de siempre. Ella murió en 1965. Cada día 23 llevaba a la Recoleta un ramo de rosas blancas y rojas y se sentaba en el interior de la bóveda para mantener su silencioso diálogo de enamorados.
Esta increíble historia de amor del siglo XX ha servido de inspiración para que se cree, enfrente a Plaza San Martín, una confitería llamada Torcuato & Regina, en donde, en un elegante y romántico salón, decorado con detalles que deslumbran, se puede asistir los días sábados, a partir de las 17 horas, mientras se desgusta un exquisito servicio de té, a escuchar al historiador Eduardo Lazzari.
Cada sábado existe una propuesta distinta. Nosotros asistimos a la que trataba el tema: Grandes Mujeres Argentinas del siglo XX.
Mi historia de hoy tiene distintas miradas posibles: una soñada historia de amor, un episodio de nuestra historia argentina o un sabroso té con exquisita pastelería en un lugar de ensueño, escuchando historias que enriquecen nuestro conocimiento de Buenos Aires. La invitación esta hecha, cada uno elija según su predilección, pero que sea disfrutándolo como lo merece cada instante de esta vida...
me sentí como un niño embobado escuchando tal historia de amor tan linda, sobre dos personajes Argentinos tan especiales. Luego me quede todavía mas embobado, mirándome los pasteles y a Tio Alberto concentradisimo dándoles finiquito jajaja, como se lo pasaba el hombre de bien y luego a ti y a él , esa foto donde apareces tu en el espejo haciendole una foto a el. sois los dos tan hermosos, que me dan ganas de enamorarme para vivir una historia tan bonita como la vuestra. os quiero
ResponderEliminarMuy generosas tus palabras Gerard. Puedo asegurarte que tu tío quedo embobadisímo con los pasteles, es la parte que más le gusta de la cultura (masticarsela) :D.
EliminarEspero que algún día me escribas en tamaño de cartel gigante que encontraste el amor de tu vida, probablemente no este tan lejos como lo crees.
Abrazos.
Ains, Mirta, tenéis un sobrino despistado!!! y que ella era hija de Andalucía e Italia!!! Más la historia y verdad resulta emotiva , y hace latir a los corazones que creemos en que el amor existe, en qué algunos tenéis la suerte de encontrarlo casí a a primera; y otro cómo yo a pesar de haber amado y sido amada; no se ha dado aún ese amor que me haga temblar...
ResponderEliminarPero existe vosotros sois un ejemplo, y yo lo hghe visto en mi madre, cómo ama a alguien tan profundamente, que incluso 30 años después envidio cómo se miran; estén bien o mal, sus ojos lo dicen todo!!!!
Yestoy segura que si pudiese estar tomando pastitas pero sin te, no "guta" , si os observase alberto y a ti sentiría lo mismo!Emividaa en primer lugar, admiración por el amor que os dáis, y el deseo de poder vivir algo tan bello, a pesar de sus más y sus menos, pero que si se tiene que resumir es AMOR EN ESTADO PURO Y DESDE SIEMPRE Y HASTA EL FINAL!!!
Gracias mis soles por amaros cómo lo hacéis!!!
Con todo mi cariño de vuestra loquita!!!
Podes estar tranquila Rosa...hay café para los que nos "gutan" del té.
EliminarGracias por tus conceptos. Me parece que el "sobrino despistado" y vos, encuentran en nosotros demasiadas virtudes..., no hemos hecho más que tratar de vivir con la mejor "onda" posible, la vida se dio así, como un arroyo que corre, a veces mansamente, a veces saltando sobre las piedras, con períodos de desbordes y de sequías...pero el arroyo no piensa en lo que hace, es espontaneo y natural para él, igual ocurre con nosotros y probablemente con tu madre.
Te agradezco tu amor, es recíproco. Sos ¡lo más!!!
Me gustó muchisimo, la historia ya la conocía pero la confitería no. Vamos a pasar con Marcelo. Cariños para ambos y la entrada estupenda
ResponderEliminarSi te gusta la historia, es una buena propuesta, podes consultar por Internet las charlas de cada sábado. Te aconsejaría ir sola con Marcelo, las nenas no creo que lo disfruten.
EliminarSaludos.
Hola! Pues yo no tenía el gusto de conocer esta historia, y me ha encantado leerla y que nos la muestres en tu blog Mirta y con tuspalabras e imágenes!
ResponderEliminarTodo un gusto leerte!
Un abrazo!
Gracias Gema, es una historia de las tantas que pueblan la historia argentina, puedo asegurarte que hay muchos que tampoco la conocen, a pesar de vivir en Argentina.
EliminarGracias por tu visita y un saludo enorme.
¡Hay café!, en Argentina somos más "cafeteros que teteros", a lo sumo también "materos" (tenes que probar el maté).
ResponderEliminarSeguí tomando notas, tengo muchos otros lugares que te apasionaran. Librerías por miles y lugares inusuales, por donde quieras.
Cuando vengas trae tus notas, con mucho gusto te llevare a recorrer esos lugares y todos aquellos que me permitas y que estoy segura que te encantaran.
Gracias por todas las deferencias que tenes conmigo. Te aprecio mucho habitante de un espacio que ocupa un lugar muy especial en mi corazón, Villa Rayuela es una de mis pasiones.
¡Abrazo fuerte, fuerte, fuerte!!!